29 jun 2010

Messi y la flechita roja


Messi empezó este Mundial con la flechita roja para arriba, vertical, contra Nigeria. El segundo partido volvió a jugar bien, aunque esta vez la flechita fue naranja, para arriba pero oblicua, contra los coreanos. El tercer partido, contra Grecia, encontramos a un Messi con la flechita verde, horizontal. Un par de jugadas espectaculares lo salvaron de la azul, la para abajo. La de las Eliminatorias.
Contra México, la progresión descendente continuó. Esta vez Lío sí fue flechita azul. La diferencia entre el mundo real y el virtual de la Play Station es que en el juego, antes de salir a la cancha, podemos proyectar cómo va a rendir cada jugador; en la vida, sabemos el color de las flechitas de ellos recién después de que el partido pasó.
No creo que sea casual que el peor partido de Messi haya sido el peor de la Selección. México nos sacó la pelota por primera vez en el Mundial (exceptuando los 15, 20 iniciales del segundo tiempo contra Corea). Messi, criado en la capital mundial de la tenencia de pelota, el Barcelona, cuando no la tiene se fastidia. En paralelo, millones de argentinos se fastidian con él y rebuznan, comparándolo con Maradona, pero a favor de Diego, claro. Por supuesto, lo comparan con el Diego de 1986, y no con el del 82 (cuando Maradona tenía unos meses menos que Messi). ¿Pero qué jugador –no sólo Messi- en todo el mundo, en toda la historia, puede ser comparado con el Maradona de 1986? Ni Kempes del ´78 se la banca. ¿Ronaldo en el 2002? ¿Zidane en el `98? Quizás, pero lejos. Claro que no existía la Play, pero el Maradona del ´86 jugó todos los partidos con la flechita roja (Corea del Sur, Bulgaria, Uruguay, Inglaterra, Bélgica) y sólo un par con la anaranjada (Italia y Alemania). Todos, de muy bueno para arriba.
Alguno me dirá: Pelé en el `70. Yo no puedo hablar porque no lo viví. No digo que sea falso: me maravillé con los videos de ese Mundial, y el de Suecia, y los de Garrincha en Chile. Pero una cosa es ver videos, y otra los partidos enteros.
Quiero decir: se viene Alemania. Junto con Brasil, el mejor equipo del torneo. Por arriba hoy –para mí- de Holanda y Argentina.
Un equipo que juega como quiere Simeone que jueguen sus equipos –algo que apenas si logró un par de partidos con River, y creo que ninguno con los cuervos-: el 4-2-3-1.
Su último partido, para colmo, fue fabuloso. Müller tuvo la mejor actuación de un futbolista en este Mundial. Klose es un nueve que mete miedo, por arriba y por abajo. El solo, contra los centrales ingleses, ganaba. Özil es el típico crack que el hincha medio definiría como “pecho frío”. Dame Pechos Fríos así. Un jugador fino, muy intermitente, pero veloz de mente y también de piernas. Con Kaká, son los que mejores asistencias dieron en este torneo. Tiene el estilo calcado del Beto Alonso, pero además cuenta con la velocidad de un rayo y la cara de Nery Cardozo. Podolsky es un delantero reconvertido en extremo izquierdo que, cuando pisa el área, apunta y te mata. Los dos del medio corren, meten, pero juegan y llegan siempre al área rival. El 4 es el mejor lateral después de Maicon. El 3, Boateng, pasa menos, pero es duro. Los centrales quizás no transmiten la seguridad que se les pide, los ingleses los volvieron locos con poco y nada. Pero, bueno, salvo Brasil, todos los equipos tienen puntos flojos (yo, a Brasil, hoy no se los veo. Ganan siempre. Se enojan y te matan. Y cuando estás muerto, peor: te bailan alrededor).
Algunos me dirán: ¿tan pocas chances le ves a Argentina? No. Claro que le tengo fe. Agrego un dato: ya sé que no era por los porotos, pero tres, cuatro meses atrás les ganamos un amistoso a los alemanes. Si repasan las formaciones, constatarán que en Argentina jugaron 9 de los 11 que entraron ayer con México. Y ocho de los 11 alemanes que golearon a Inglaterra. No quiere decir mucho, pero tampoco nada.
Lo que sé es que esta vez no me importa tanto lo táctico: ¿qué podrá cambiar Maradona en 6 días? Ya estamos jugados. Algún detalle. Quizás Verón para tenerla más, Jonás para cuidar que Lamb y Müller no metan sus diagonales furiosas. Los cuatro del fondo no se tocan, por más que Demichelis volvió a parecer muy lento en el gol mexicano, pero ya es la defensa que viene jugando y los otros tres, para mi modo de ver, cumplieron. Y Masche siempre es Masche. Tévez viene en alza, anaranjado, y el Pipita es el 9 indiscutido.
Eso sí, hay algo indispensable para ganarle a los alemanes: Que Messi la rompa de nuevo. Como contra Nigeria, o como con Corea. Como en los últimos minutos con Grecia. Esa es la clave: rezar para que el sábado el nene se despierte bien y entre a la cancha con la flechita roja, bien para arriba, y nos lleve después de 20 años, otra vez, a las semifinales de un Mundial.

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